“¡Qué maternidad tan gloriosa! ¡Dar almas a Dios y sustentarlas en el sacrificio! Si no es para salvar almas, no vale la pena vivir”. Las almas nos necesitan en todo el mundo.
Por su actitud ante el mundo y a ejemplo del precursor es enviada la Misionera Clarisa a preparar los caminos del Señor. Su actitud la constituye ante los hombres mensajera de la verdad que hace libres. Esta actitud la dispone a irradiar a Cristo y a anunciar el amor personal infinito del Padre en los apostolados específicos de la Congregación:
– Misiones entre cristianos y no cristianos;
– Catequesis a niños, jóvenes y adultos;
– Cooperación en la pastoral de conjunto en la parroquia, en la Diócesis y en la misión;
– Fomentar las celebraciones litúrgicas del pueblo de Dios;
– Pastoral de la Educación: Jardín de niños, primaria, secundaria, preparatoria;
– Pastoral de la salud: Clínicas, hospitales y dispensarios médicos;
La Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento ha sido fundada por la Beata Madre Ma. Inés Teresa Arias en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México.
En 1951, habiendo recibido el documento de la aprobación pontificia de la fundación, envió las primeras misioneras <<ad gentes>> a distintas partes del mundo. Todas ellas impregnadas del mismo espíritu de su Fundadora, ardiendo en celo apostólico, ofreciéndose a sí mismas por la salvación de las almas.
El lema <<OPORTET ILLUM REGNARE>> (Urge que Él reine) expresa la misión de la Misionera Clarisa del Santísimo Sacramento, quien toma como algo muy propio el deber de evangelizar, compartiendo la responsabilidad de la iglesia de dar a conocer el mensaje evangélico a toda criatura humana de todas las condiciones sociales, culturales y económicas, sin importar su raza o creencias.